Fue víctima de su orgullo, y se gritó a sí mismo por lo que había hecho, por ser arrogante, por no ver un poco más allá de lo que la máscara de sonrisa fingida de su jefa le presentaba. Demasiado tarde, ahora que lee la carta de renuncia forzosa, una carta firmada en blanco sin pensar, cegado por ese tremendo ego: lo que pensaba era su victoria es ahora su perdición.
Metanarrativa, Hernán Casciari y el legado de Unamuno en el Siglo XXI
-
Colaboración para *Correo del maestro*
enero 2018 - Link
Hace 7 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario