Faltan dos días

¡Recuerden la lectura el martes a las 16 horas en Reforma, entre Sevilla y Florencia! ¡Leemos Etienne y yo!

Eficacia

Pide un deseo. Le dije, con una pestaña suya entre los dedos. Ya, contestó. ¿Arriba o abajo? Arriba, me dijo, y la pestaña quedó arriba. ¿De cuantos soplidos? Cuatro. Sopla ahora. Uno. Dos. Tres. Cuatro. Me levanté, entonces, de la mesa y no volví a verla nunca.

Viene la lectura de diciembre

Etienne Fajardo y Yamil Narchi estelarizan... cha cha chaaaa cha cha channnn:

De la tinta a la tecla: Poesía Web.

Martes 16 de diciembre del 2008, 4 de la tarde, en el Festival de la Lectura, Paseo de la Refoma entre Sevilla y Florencia. ¡Ahí nos vemos! (Ah... y si me dejan comentarios en el blog, acepto que sugieran textos para leer, claro.)

http://www.facebook.com/event.php?eid=36787713908&ref=ts

Detective forense

27/08/06

La emoción auténtica del primer caso: por fin la posibilidad de aplicar todo lo aprendido por esas pestañas al borde de derretirse durante las noches incendiadas de bulbos al borde del escritorio. Balística, psiología, autopsia, física mecánica, el complicado arte de la deducción y la inferencia.

[...]

07/10/08

La vida es cínica como la voz podrida de un testigo que jura sobre su aliento no haber visto ni escuchado nada: tanto pinche sudor gastado, para acabar diciendo que el culpable de todo fue el maldito mayordomo.

Tensión Superficial

Las uñas erosión a mordidas. Sudor, el cuello una roca en la cascada. Todo tiembla, los lagrimales hinchados como tetas de señora gorda. Rodillas inservibles y un llanto largo en ropa interior de marca. No queda sino el vacío. Tener que reunirse con las amigas de la prepa, y un vestido que no cierra.

Guerra de almohadazos

Dispensará el leitor amable y conocedor, pero he quitado el texto que aquí estaba para llevarlo a reparación... en vista de que su factura estaba incomprensible.

Cuando Lorena dice: almohada,
la lluvia,
una parvada de plumas
blancas nace en sus manos.
Cuando Lorena dice: adiós,
el sol,
me rompe los ojos un embudo
ventrilocuo de arena gris.

Brindis de velorio.

De Joaquín Zurtiaga, yo sólo tengo que decir que cuando vio por primera vez un coche, lloró como los balcones de una casa inundada. Algo entre terror y furia. Nosotros no entendimos. Veíamos solamente el brillo cotidiano de esa bestia de metal verde. Supongo que por eso su vida fue tan distinta a la nuestra.

Un zapato

Dijo que era virgen y no me importó. Conduje hasta el hotel, pagué, entramos. Me impidió que pidiera champagne. Yo ansiaba acariciar todo su cuerpo. Cuando salí del baño, me pareció poética su imagen en el balcón abierto. La quise abrazar, pero comenzó su ascensión. Sólo alcancé a quedarme con un zapato suyo. Blanco. Lindo. Me carga la chingada. Tengo que aprender a escuchar.

Instrucciones

Después de dos cuadras, gire a la derecha. Encontrará una cantina y después una tienda. De vuelta por la callecita. Al fondo, en el altarcito, está la Virgen de los Desamparados. Cuando llegue ahí, póngase a rezar, porque ya lo cargó la chingada.

Miré a la muerte directo a los ojos, dijo como despertando de un sueño terrible.

Son de un azul como de llama que no puedes creer, ¿cierto? Alguien dijo, tranquilo, metros de tierra a su derecha.

me mira

Ojos verdes
arrancados
de una órbita sobrenatural,
colgados,
para ser astros,
del limonero.

El amor, el amor

Al principio, carcajadas. Poco después, suspiros. Una etapa de gritos de gozo, y otra etapa de gritos, solamente gritos. Al final, dos tazas de café y dos miradas afónicas en la mesa del desayunador.

En construcción

Érase un arquitecto matemático y filósofo que abría puertas inverosímiles a pasillos metafísicos. Érase una voz megafónica en la mente exótica del pitagórico distribuidor de imposibles. Érase la muerte afónica acabando con su incoherente mundo de inasibles.

Y a pesar de las evidencias contundentes (aromas, voces, siluetas, sombras), el arquitecto insistía, terco, en que la puerta no abría a ningún otro lugar más que al pasillo.

Cuento de fantasmas

Al salir, me percaté de mi ausencia. Quise regresar por mí, pero la puerta se había cerrado.

En el campo,
la niebla me recordó tu ausencia,
ese manto húmedo y frío
que estalla como una caricia tosca
y no me deja ver
más que su aliento gris.

Jugando a la dieta y al vacío

va
batalla
con la talla
ya

la bata
estalla

Mercenario

Un estropajo en tus manos es, desde la perspectiva de mis obsesiones, un espía diligente, un relator, un aliado en las batallas de la piel.

quise darme un baño de pureza,
limpiar la culpa o el temor o la rabia

no encontré estropajo ni jabón

lo agradecí después
cuando entendí
que siempre he sido puro
y que estuve apunto de cometer
el peor de los pecados

La culpa

La culpa es un dado con muchas caras. No sé, pero cuando se me aparece como un seis, se siente bien.

Mañana

Llena una margarita el aire
como el sol de mañana mi cara.

Una mosca peluda se posa en el centro del universo.

Parafrasis

-Nada de margaritas a los cedros, ¿eh?

Cita oscura

Do olvidados fueron, (desiguales en pasión, mas con todo

transformada en amado ya la amada),

cual reflejo dos las azucenas de sonrisas cuerpos perfumando,

hoy, en el amado hundido mírase el amado

y florecen luz y fruto al ventalle parco de los cedros. 

Círculo reflexivo

se sueñan se miran

se huelen se rompen

se mueren se beben

se vuelven se dejan

se llaman se olvidan

La luz se debería llamar ámbar,
y la rosa laberinto,

o viceversa

Hojas de ámbar

Hojas de ámbar cortan el cielo.
El sol es fiera que se desangra de tiempo
entre los árboles.

Pseudo-Haiku

Esta vez es el viento
quien lame sin apenas moverlas
las hojas y el Rio Sumida.

No es más claro el sol

No fue la marea quien te trajo a mis brazos,
no es más claro el sol en tu presencia ni es mejor contigo
el mundo pero, de tu mano
mi errar por el río de la noche no se ve como naufragio

Ella le da un golpe en el hocico. Él babea y le lame la mano. Tantas coincidencias, ¡por Dios! Tantas coicidencias.

Viene en el viento

Surge gruñida del viento negro
- hocicos humeantes líquidas fauces -
la verde manada de hienas verdes
a quebrar tu garganta tu voz en el muro

La pequeña manada de mis dedos
comienza a devorar mi propia carne

y es que falta tu piel tibia

esa presa temblorosa de la noche

Despojo

Heridas reídas raídas
mal rimadas y arrimadas a enramadas
mandadas en manadas
emanadas de las nadas
y lanzadas aladas a las hadas

Ir en paz

de la sangre y lágrimas de mis heridas mal lamidas

amasaré un pan

el pan que comerás en tu última comida

Dijo ¿escuchas? Es el aroma de mi sangre.

Dicho turulo

En cuestión de amores escuchad muchachas al diablo:
"la que mucho escoge
caca coge".

Caminata por la ciudad

Una nube gelatina
espejo de charcos la acera
los camotes a lo lejos
cantan aromas del diablo
Entre dos largas paredes
solo se ve una salida

Niente

crimen es
mi batallón de dientes
cuando no tienen
otra batalla
más que el aburrimiento asado
y una gelatina tiempo
de hospital

Crimen

no hay un cuerpo ante mis ojos
enrojecido y tibio entre mis dientes
no hay el cuerpo para desollar
y eso es el crimen

Rastro

desollé las huellas
de otro año infancia

con su piel hice miradas
borré el rastro
regresé a casa

Fórmula

la otra tarde
tu piel en el lecho de las sombras
+
tu boca en helecho de la sombras convertida
+
tu sangre en el hecho de las sombras convertida en cabalgata
=
a una sonrisa tibia por la noche
en el insomnio que las huellas de tu tacto
han dejado por mi lluvia

Crímenes

La mirada de la calle
la mirada de la lluvia
la mirada de su paso
la mirada de su paso
la mirada de su grito
la mirada del gatillo
el testigo que se escapa

Ideas

Es imposible recoger la flor del fondo del estanque.

El agua vive de latidos

y sus vientos barren la mirada.

Me gustan los latidos de los frutos

y el parpadeo de la madera

y la respiración del musgo

No sonrisas ni palmadas
ni siquiera lágrimas dulces
El perdón es
boca seca y latidos lejanos

Soberbia

Amo la palabra cuando es "perdón" y viene acompañada de rodillas.

Ahora

cuando a ti mi mano
mi mejor palabra
para escucharla
sólo un vacío inabarcable

creí

siempre creí que se podían cortar
las violetas del centro de tus ojos

que se necesitaba una mano firme,
suave, cuidada

pero creí que se podía

Curiosidad científica

Detener a los ángeles
estirar entre los dedos
sus alas como polos
remover cada una de sus plumas
como polen de violetas

Ciclo

Después de hundida esta frente bajo tierra,

alzará la verde brizna del silencio ejércitos

entre estandartes y violetas.

el jardín empolvado de las sombras
el frío rostro del viento adormecido
el fulgor de la brizna y de la miel

esta noche tu nombre me despierta

Historias

en lengua de la noche
de un lado fantasías, del otro la memoria
(misma especie, sexo diferenciado)
Transitar polinizando sombras
de un jardín ardiente

Acrobacia

Hay, a 30 mts de altura,
entre mi boca y la tuya
un mensaje hecho de lengua
un funánbulo inmaduro
un sonámbulo suicida

Oxus

ríe de recuerdos sonámbulo en su curso distendido,
río en cúpulas estriadas de turquesa, de algodón mareas y vellocinos herrumbrados.
Quebradizo imperio al sol, la salobre Macedonia desbarátase en la mano.

Con el tiempo

un rostro que, rasgo a rasgo, cae al río
deshielo de la memoria

Calma

ciega de viento, sorda de resplandores

deshielo de cama sin horizonte

Abrí cada cajón. Saqué todas las pequeñas cosas que simbolizaban la conjugación en pretérito del aire. Encendí la hoguera del olvido.

Aún quedan las cenizas. Pero el viento las arrastra fácilmente.

Thriller

Cuando se me pasó el coraje y se me agotaron las fuerzas. Entonces respiré profundamente. Abrí el cajón y saqué la pistola.

Sombra

Me empecino en pisotear mi sombra, cada vez con más coraje. Hasta que el sol me confronta y mi sombra se vuelve quien me persigue a mí. Quiere vengarse.

Deshecha inquietud

La discusión de luz y sombra

el parecer de lo vivo y de lo muerto

el pretender de lo bueno y lo malo

La mierda de paloma en la frente

Discusiones

El semáforo conyugal siempre manda señales equivocadas. Si yo quiero seguir por la bajada ella me dice:
-Detente
Cuando todo en la vida parece detenerse... Ella pretende que yo siga.

Pregunta

Pregunté, ¿Qué te gusta?
El sentir las señales de la lluvia.
¿Nada más?
No... ¡Ah! Y los labios del oso en el invierno.

...

Edípica historia de cómo la psique de nuestro protagonista traiciona su verbalidad en una aberración culposa e implacable de la que Freud sentiríase orgulloso

“Cama-má.”


Etienne Fajardo Macías y
Yamil Narchi Sadek

léxico

Cama es apócope de camino.